Ella iba por marte
y dobló la esquina apurada
porque no tenía los tacos puestos
y no le importaba.
Pasó frente a un borracho
viejo
andrajoso
que le preguntó
¿a dónde vas, che?
si esta noche
el sol no va a salir para vos.
Ella rió,
lo tomó de la mano con la que pide limosna
y se lo llevó a su habitación.
Es que hacía mucho tiempo que ella no reía.


Pero no,
nunca pasó nada de esto.
No hay esquinas en marte.
Ella siempre va de tacos
apurada
y nunca lo mira.
Y siempre va de gafas oscuras
cuando sale de noche.
Es verdad que llora seguido
pero se ríe mucho también,
aunque sea por compromiso.
No, nunca paso nada de esto.
El sol nunca sale de noche
nunca.
Y él pide limosna con la otra mano.

1 comentarios:

Nadia Sol dijo...

Grosso q buen poema! me gusto mucho!

Publicar un comentario