Cómo hallar algo de brillo en la reiteración
cuando me he negado tanto a la redundancia.
Truncada,
en un constante retorno a vos,
no consigo el decir de lo justo y necesario
pronunciado en un hueco inadvertido
para no volver jamás.
Maldigo dormir en la misma noche,
en las mismas palabras.
Desconfiarme de madrugada
y atarme toda ante tus ojos.
Tan a merced de tu acecho involuntario,
tan presa fácil de tu esencia escrita,
tan erosionada a dispar tuyo,
tan asimilada a saberte mi refugio.
Cómo pesa una devoción traicionada.
Carente de inventiva para escapar
de estos conversadores versos
que se repiten
y te repiten.
Alguien advierte: "la poesía no es un filtro".
Habrá que romper la página
y, el uno frente al otro,
decantarnos el cuerpo.

2 comentarios:

leandro dijo...

Hola Natalia, acabo de terminar de leer tu texto y me pareceio formidable, tan lleno de sensualidad de palabras e imagenes que se van atando de construccion en construccion hasta llegar a la claridad del nudo que ata a los dos sujetos liricos que quedan expuesto. Y como corolario el verbo decantar en tercera del plural me parecio un recurso muy bueno porque mas arriba exponer al uno y al otro para dejarlos atados al final; como si primero se filtrara uno y despues otro elemento, o sujetos y finalizan en la deantacion lirica. Me gusto, te felicito !

la prometida del rey de los locos dijo...

Gracias Lean! En la vida me hicieron una crítica así! Demasiado honor... Espero que nos veámos pronto, siempre es un placer encontrarte.

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