En el manto de un camastro plano…
Me levanto del día con la agonía de un vampiro.
Suspendido de sueños en los sueños del despertar.
Con el hambre derrotado por las ganas de comer.
El despeinado de lo que ignore un espejo.
La rabia de correr siempre atrás.
El agujero que no quiere ser tumba, y una pala que tiene miedo de cavar.
El idioma de las miradas.
Escribir para que el olvido pase tu escoba sobre mí.
Soplar para todos los que vean el horizonte.
Llevar la pluma que suelta el ave.
Esconderme en el agujero que se negaba a ser tumba… y no escribir jamás.

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