poesía: Javier Roldán




estamos en el balcón 
intentando volver a respirar
en el verano agobiante

y mientras cebo unos mates
vos me decís
“tengo ganas de baldear el piso”

tu rostro tranquilo
de pómulos guaraníes
hace que me pregunte
¿cómo puedo amarte 
yo que hora a hora
me pierdo pensándolo todo?
¿cómo puedo amar
a un muchacho  
saludador de perros callejeros
que les habla
en ese lenguaje incomprensible
hecho de miradas, 
idioma de pequeñas 
caricias en el lomo? 

y mientras me pierdo nuevamente
en mi eterno soliloquio 
el agua que arrojás hacia el piso
el agua fresca y segura
se desliza hacia mí
toca mis pies
te miro
y comprendo


lover boy

                                              a Pablo


cada vez que nos cruzamos por ahí
estás enamorado de otro

como la noche en que cogimos
por primera vez       y me dijiste:


"para mí sos Leonardo, ese es tu nombre
porque el primer pibe que amé
se llamaba así: Leo
yo tendría seis años        el tendría dieciocho
era mi vecino         y no había momento más feliz
que cuando
pasaban a buscarme con su novia
y él me decía ´¿subís campeón?´
y me llevaban a dar una vuelta en coche
y yo sentado en la parte de atrás
sentía que los amaba a los dos
pero más a él"



Tinder 


¿Ves cómo tratan aquellos muchachos
a sus celulares?
¿Ves las sonrisas cómplices
las miradas tiernas que les dedican?
¿Y cómo suavemente deslizan
sus dedos por las pantallas?
bueno
lo único que pido    hoy
es que esos muchachos
me deseen así
me dediquen las mismas dulces sonrisas
y sobre la pantalla
táctil de mi piel
encuentren la perfecta
aplicación para el amor



Santería


te cuento algo sobre Santiago
al que le decimos Cachi
que es uno de los sátrapas 
que tengo de alumno este año:

Santiago me mira y sonríe pícaro
cuando dice una burrada
o cuando putea
pero se vuelve serio 
y un poco solemne
cuando me responde 
correctamente
una pregunta
que le hago a la clase.

entonces me acuerdo
que en una de las primeras charlas que tuvimos
me dijo:

"yo soy burro, no puedo. 
me lo dijo el profesor del otro colegio"

te cuento algo sobre Cachi
que en realidad se llama Santiago
y que es uno más 
de los sátrapas 
pero que en verdad 
es El sátrapa modelo:

le pegaron un tiro en el brazo
los del otro barrio
y durante semanas
no vino a la escuela.
y la verdad es 
que extrañé
los mates que tomamos,
que me ceba él
o le cebo yo,
mientras copia 
lentamente
lo que escribo en el pizarrón.

entonces recuerdo
cuando me decía:

"pelié con mi vieja
me gritó drogadito.
¿no viste la cara que tenía hoy
cuando entré a la escuela?"

te cuento algo sobre Santiago
Cachi
el sátrapa dueño 
amo y señor 
de la satrapía 
de primer año turno tarde:

le gusta leer,
creo que lo descubrió el otro día
cuando leíamos en clase Santería de Leonardo Oyola,
le gusta leer pero no 
se lo terminaba de creer
y mientras volcaba yerba y azúcar
sobre la novela fotocopiada
seguía serio 
con el ceño fruncido
marcando con la regla 
el renglón 
en que íbamos leyendo.

entonces 
así transcurrimos este año y
Cachi vuelve
cada tantos días de ausencia
re 
puesto diciéndome:

"me tira la calle, profe,

ese es el problema"

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