Pequeño diccionario sefaradí nos trae de vuelta a la cultura ladina y el folclore de una lengua olvidada; un diccionario de sentidos perdidos que inventa sus propias reglas.
Por Malena Rodríguez
Pequeño diccionario sefardí de Andrés Piña nos invita a adentrarnos en el ladino, idioma hablado por los descendientes de judíos expulsados de España en 1492 que amalgama el castellano antiguo con vocablos del hebreo, el francés y el turco. El libro está compuesto por dos partes. En la primera, nos encontramos con términos en ladino y sus definiciones. Cada definición está desplazada del preconcepto que tenemos al leer un diccionario: este no es un diccionario cualquiera, es un diccionario poético y, como tal, inventa sus propias reglas. Las palabras están en desorden. Cada significado instala una imagen, regala al lector una mirada del mundo, un pedacito de historia, un secreto contado a la hora de la siesta bajo la sombra de un árbol en verano. En palabras de Maricela Guerrero: “Pequeño diccionario sefardí es un enraizarse en las profundidades de la lengua que habitamos, donde resuenan historias y traslados; me da la sensación de que mientras más profundamente se recuperan estos vocablos, mayor cercanía con el mundo vegetal y mineral nos brota”.
Andrés nos acerca, entonces, no solo a una lengua, sino también a una cultura y la forma de vincularse con la naturaleza que tiene, a su vez, la cultura. La segunda parte del libro es bilingüe; una mitad está escrita en ladino y la otra en castellano. Nos trae canciones; comidas típicas hechas poema; reflexiona sobre el exilio y la identidad, sobre la memoria. Al leerlo, hay una suerte de eje que recorre el poemario y su decir: el de la sinestesia. La música tiene colores, los recuerdos son perfumes. Maricela está en lo cierto cuando escribe “nos brota” para referirse a la poesía de Andrés, porque no hay dudas de que algo se instala en el lector y crece. Una pregunta, un interés, un deseo.
Editado por Agua Viva, Pequeño diccionario sefardí nos sumerge en una poesía que atraviesa y arrasa al lector apelando a su sensibilidad, esperando quizá incitar nuevas formas de percibir, de tocar, de oler. Nos aproxima a los modos de ver y de decir que tiene esta otra lengua, esta otra cultura, aquella que resiste al tiempo.
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| Selección de poemas |
Lingua
Cáscara de plátano
fermentada en la memoria,
luz que nos configura.
Yerushalayim
Perfume de agua florida.
Güerta
árbol en medio del mar.
Pájaros
Sombras
que
sopla
mi
tierra.
Hojas del Este.
Andrés Piña (Ciudad de México, 1989) ha trabajado como periodista y traductor, estudió Filosofía Social en la Universidad La Salle y actualmente está abocado al ámbito académico. Publicó los libros Ella pensaba en mí (Salta la palabra, 2014), Impresión (Salta la palabra, 2014), La revolución es una muchacha en bicicleta (Caravan, 2017) y Pequeño diccionario sefardí (Agua Viva, 2021). El estudio y la escritura en judeoespañol surgieron a partir de experiencias familiares y por el acercamiento a escritores fundamentales para esta lengua.
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