Escena Actual: La joven de la Perla

¿Cómo se relacionan la poesía, la música electrónica experimental y la performance? No existe una respuesta unívoca pero una buena aproximación es la idea de que surge una nueva práctica que es todas y ninguna a la vez. No como acumulación sino como fusión y desdiferenciación de las diferentes disciplinas.  Guiados por este interrogante tuvimos el agrado de charlar con la artista multidisciplinaria Perla Zúñiga.                                                                                                                         


 por Tobías Leiro



Cleveland. El hechizo del viejecito en Habitación 34. Cortesía de la artista.





La obra de la artista madrileña Perla Zúñiga fluctúa por diversas áreas. Podría decirse que se desplaza entre  poesía, el djing y la performance pero, creemos, se estaría ignorando un punto importante de su hacer artístico: no se trata de tres prácticas separadas sino que se trata de una que toma diversas formas sin dejar de constituir una única práctica artística y vital.

 

A través de la puesta en juego del cuerpo en cada uno de sus haceres Perla visibiliza una práctica/cuerpo «otro». Uno que ella constituye en cada verso, movimiento y track utilizado.  Su(s) práctica(s) la relaciona(n) con el mundo y a la vez construyen uno nuevo cruzando la cinta de “precaución” que separa las disciplinas y los cuerpos.



¿Desde qué momento comenzaste a incursionar en las distintas prácticas que hoy en día realizás?

Es muy difícil hablar de un momento dado, podría responderte con lo típico de que toda la vida he sido una persona muy creativa, pero realmente siento que fue a raíz de mi contacto con la enfermedad, con el cáncer, cuando empecé a desarrollar y tomarme en serio mi práctica y, por lo tanto, mi vida.

El cáncer no solo se encargó de ir conquistando cada centímetro de mi cuerpo, hasta mi frenada muerte, sino que, junto al tratamiento, modificó todos los aspectos de mi vida o por lo menos la visión que tenía de ellos.

Durante esa etapa, la escritura pasó a convertirse en mi práctica principal y, con esta, la lectura. Necesitaba entender los cambios, miedos y deseos que (se) estaba(n) produciendo, enunciados en lenguajes desconocidos, para mí, hasta ese momento.

Pre-cáncer no estaba trabajando con ninguna disciplina en concreto, fue durante la enfermedad cuando trabajé con el video, la fotografía y el sonido. Mi máxima preocupación y actividad era ser visible, hacer visibles muchas de las lógicas dominantes que operan en nuestros cuerpos, también en los cuerpos enfermos y materializar el diálogo que estaba teniendo con el rechazo y con la lacra que me había acompañado toda la vida la opacidad, la obligación a ocultarme.

Desde ese momento y progresivamente, he ido añadiendo ciertos elementos como el texto y la voz a mis proyectos, al igual que he ido investigando y probando otros formatos como el djset y la performance.
 

¿Cómo te definirías si es que tuvieses hacerlo?


Definirme es algo que siempre me ha costado y que suelo evitar, al igual que me es difícil no hacerlo, dado al cambio de paradigma que estamos viviendo y la importancia que tiene mostrarse sin miedo.

Me es más sencillo decirte que soy fruto de un tumor, como de Paul Preciado, como de las muchas cirugías y tratamientos que han permitido que siga con vida, a nombrarte una etiqueta.

Yo existo gracias a los avances de la ciencia y de la tecnología. Es gracias a una costilla de titanio diseñada por una impresora 3d que yo siga con vida, al igual que es gracias al trabajo de ciertas teóricas y artistas que trabajan con las políticas identitarias, las teorías post-humanas y la ficción que yo acepte e investigue (con) mi nuevo cuerpo. 


¿Qué te motiva a experimentar artísticamente? ¿Cuáles son los ejes que crees que atraviesan todo tu hacer creativo, de manera consciente o inconsciente?


Lo que me motiva es la experimentación en sí, verme en lugares o situaciones que no entiendo, pero las cuales, me van a ayudar a crear y configurarme. Al fin y al cabo, cada vez que comienzo un trabajo, este empieza en un lugar de vulnerabilidad.  La mayoría de las veces no conozco casi los softwares o disciplinas con las que voy a trabajar y en esos procesos de acercamiento surgen fallos que acaban re-dirigiendo y construyendo el proyecto.

Otra de las motivaciones es encontrar el lenguaje acorde al proyecto. Tengo especialmente interés en cómo le llega la información al público, que es lo que va a entender de lo que le estoy contando, si voy a querer que esa información sea transparente y acorde a ciertas lógicas o prefiero todo lo contrario, que sea enrevesada y repetitiva. 

Modificar estructuras y formatos, como por ejemplo lo que entendemos por recital, lectura, escritura, poema y exposición, es una de mis grandes motivaciones a la hora de crear, para una vez alterados dichos formatos introducir mi universo, mi ficción, que el público se vea obligado a escuchar lo que les quiero contar.

De manera consciente o inconsciente, mi trabajo está atravesado por la necesidad de ser escuchada, de hacer visibles los mecanismos que rigen nuestra sociedad y explorar e investigar los lenguajes y lógicas generados en lugares menos (re)conocidos como los que tienen lugar en la noche, en los momentos de alteración producidos por la enfermedad, las drogas y la fantasía.

Concibo mis proyectos como lugares de ensoñación, como una correspondencia constante, como un váter de residuos en el que refugiarme una y otra vez.


 ¿Cómo se relacionan tus diversas prácticas entre ellas y con tu propia praxis vital?  


Cada una de mis prácticas depende de la otra. Si escribo un poema va a depender de con qué formato quiero que se materialice, de cómo este va a modificar el original y finalmente cómo va a ser difundido. Y pasa igual con mi vida, entiendo lo que me sucede, mis deseos, mis miedos, mis maneras de relacionarme con el mundo, gracias a mis proyectos.

Me encanta esa urgencia de hacer para entender, la motivación de trasladar ciertos pensamientos, preocupaciones o rabias a otras disciplinas y desmenuzarlos, deslocalizarlas.

Este flujo e intercambio de prácticas y formatos me permite jugar, explorar tanto la idea de poesía como otros aspectos de mi vida. Un buen ejemplo para entender cómo se relacionan mis prácticas con mi praxis vital es el show El hechizo del viejecito que tengo con la productora musical, amiga y compañera del colectivo Culpa Vera Amores.

El hechizo del viejecito es un recital de poesía, un lugar de unión que opera como refugio y hogar para ambas. En él, investigamos la unión de poesía y sonido. Mi voz distorsionada se mezcla con los sonidos y las texturas de la propia tecnología y juntas creamos realidades paralelas que habitan y encarnan en poemas sonoros y cuadros rítmicos. 


Cabello/Carceller: Lo que puede un cuerpo (Perla), 2020. Cortesía de la artista





| Un poema de Perla Zúñiga |




Qué pasaba esos días en que yo no estaba. 



en el dedo índice

un pinchazo rápido 

en la mano derecha

un resultado 

APTO

para revisión

 

comienza

otra cuenta

atrás

sin final 

 

ahora

la vía la clavan en la mano 

y no

en el brazo

ese es

ese es

el único cambio 

notable desde 2016

 

Hago el esfuerzo por acordarme de mi primer PET

o mi primer TAC

antes de escribirte

pero me es imposible

porque yo no estaba

al igual que  

me es imposible 

saber diferenciar

un PET 

de

un TAC 

 

Mi madre nunca me ha contado que pasaba en esos días

en los que yo no estaba 

pero si mi peso 

y sus sesos

o

mis ojos 

cerrados

o

abiertos 

no sé

ni sé si lo voy a querer saber

pero 

no dudo

que ella estaba 

ahí

de pie

junto a la cama

mientras 

la luz blanca

del hospital 

dejaba poco

a imaginar 


yo "dormía"

o eso creía

y ella 

mientras

me leía 

el último libro de

Merleau-Ponty

 

por qué

porque era el libro que estaba en mi mesilla 

antes de ingresar

y creía que si lo leía en voz alta 

nos iba a acercar 

 

ese fue el último libro del autor

antes de llegar a la oscuridad

libro que nunca me llegué a leer 

y solo compré porque

mi profesora de teorías de Arte. 

 

Querida Aurora:

todavía no me he leído el libro

pero quién te iba

nos iba a decir 

que Merleau-Ponty iba a ser la unión

entre una madre

y su hija

en coma.

 

El título del libro es: El ojo y el espíritu

por si lo quieres leer.




| Sobre la artista |



Perla Zúñiga (Madrid, 1996) es una artista multidisciplinaria que se desenvuelve en actividades como la poesía y djiing. Co-dirige el ciclo música electrónica experimental madrileño Culpa y forma parte del ciclo de lecturas performativas PoemRoom. En su obra explora el lenguaje a través de diferentes medios como la música, la performance y el vídeo.

Su trabajo ha podido verse en pen pressure; a show of poetry fantasy and faith comisariado por Yaby en Haus Wien (Viena, 2020), el festival Gelatina de La Casa Encendida (Madrid, 2020) o en el festival de arte y pensamiento FAP-TEK (Uruguay 2021). Desde hace un año está trabajando junto a la productora musical Vera Amores en su nuevo recital-concierto El hechizo del viejecito.




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