poesía: Daniel Lipara





 

habla Susana


El árbol tiene alma 

tienen los muebles y los autos 

les digo a los taxistas que anden con cuidado el auto sufre 

si me deprimo se apaga mi televisión y no hay manera

hasta que se me pasa y vuelve sola

me olvido a veces

que tengo línea con el cosmos

con mis abuelas que toman té charlando entre frutales 

soñé una vez que me iba en taxi al Once y que compraba algo

me acuerdo hasta las calles


y al otro día cuando fui pensé 

va a haber una casa de adornos qué sé yo a dónde me mandan

eran calcomanías

el empleado dijo soñé que venías 

soñé que una gordita me compraba ángeles

por eso los regalo 

para hacerte acordar 

que el cosmos quiere que le pidas todo el cosmos quiere 

que pidas ciegamente sin dudar se desespera 

por eso


es don de familia

de mis abuelas Fanny y Zelda 

que eran hermanas vos sos nieto y primo de tu abuelo hijo y primo de tu madre

venimos de un viejo vidente de Rusia 

viajaban desde lejos para verlo

somos familia conectada con el cosmos 

yo sé que Héctor es la reencarnación de un hechicero 

y con Aarón quedamos 

en que el primero en irse le manda al otro 

una palabra 


recién estábamos

tu madre y yo las dos charlando 

le decía que en otra vida fui un jeque árabe y una sacerdotisa griega 

ella me dijo contame lo de la sacerdotisa

digo lo que vi estoy en el monte vestida con túnica blanca

entonces mi madre la interrumpe y dice estamos en un monte 

rodeadas de agua y de volcanes el viento sopla en la casa de los dioses

los hombres labran el campo del valle

y hasta el cielo sube la grasa en soplos de humo

estábamos juntas Susana


habla quemando 

ramas de sándalo en un plato

mi tía bella como flor de loto 

dice soñé que vamos a la India con tu madre y que se cura

el hilo de humo se abre como el cuello de una cobra

Sai Baba cuelga en la pared antes no estaba

mira directo a la cama

sobre la alfombra verde como el pasto

mi madre dice sí Susana trae un mapa y dice acá acá 

su dedo cruza el mar hasta la India


... 


 

Liliana, flor de lirio


Mi madre mide un metro ochenta

tiene los huesos grandes el pelo teñido de rubio 

vestidos de bambula blanca sobre la piel blanca con venas azules

la piel llena de perfume

llena de collares que usa en casa

nuestra casa de alfombras como pasto casa sin flores

en Once donde todos se cubren la cabeza 

porque arriba de todo está dios

aunque no sé si el de mi madre

 

se llama Liliana

que significa bella como una flor de lirio

 

sus abuelas Fanny y Zelda eran hermanas

veían el futuro en la borra de café

sabían todo por el día en que naciste eran famosas

viajaban recibían a militares a gente importante

quisieron pasarle a mi madre su don

pero ella es psicóloga 

atiende en el living de casa

y a veces ve cosas

a veces a la noche me destapa como si hubiera algo

y a veces camina hacia atrás

como si hubiera algo

 

Liliana

la flor de lirio

 

Gerardo su primer esposo

mi madre lo dejó huyó de noche esas cosas pasan de noche

tomó el primer taxi negro que vio

era mi padre el labrador Eolo lo empujaba

se casaron conmigo en el vientre me pusieron Daniel

pero al final mi padre se fue mi madre empuñaba un cuchillo 

y ahora sus padres piden que vuelva a casarse que haya un hombre en casa

ahora su último novio Ricardo no está no sabemos por qué

vive en Avellaneda

es herrero

 

como el lirio

Liliana

 

vivimos 

varias vidas dice

las almas son viejas o son húmedas y frescas como flores

y al morir dios te hunde la cabeza en el río

y te olvidás de todo

sos luz en el cielo luz en las estrellas 

en un huerto rodeado de setos donde hay árboles grandes

y perales manzanos e higueras siempre están llenas las ramas

la manzana sigue a la manzana la pera a la pera

cada una deja su lugar a otra

frutas deliciosas

que ofrecen un deleite extraordinario

y dios hunde tu cabeza en el río

volvés y sos un árbol

un animal


tengo once años

mi madre y yo desayunamos jugo de naranja en un café 

y pienso no voy a acordarme de ella

no voy a darme cuenta si la veo en otra vida

no te pongas así las almas siempre van en grupo aún en las estrellas

van cambiando yo puedo ser tu primo tu nieto imaginate

un perro que vos tengas la araña en su tela 

una flor que se abre en la terraza

 

Liliana

como una flor de lirio

 

estrella de la mañana Estela

es amiga de mi madre vive en San Miguel

donde la calle está llena de palmeras y en su casa hay gallinas y perros

y ella lava

la energía de mi madre

y apoya sus manos en las células malignas de mi madre

en el aura en la cabeza pelada en el pecho que falta 

y lee los planetas

mientras mi hermana y yo jugamos con los perros


y dice 

que mi padre va a volver a casa

volver de Ciudad Oculta tierra del exilio donde vive 

con Analía la que no descansa

esa abandonada tierra que no es suya

ahora los domingos

mi madre llama a Jorge vemos a unos monjes 

y vamos a Rosario a ver a Ignacio el sacerdote de Ceilán al padre Mario en Gonzáles Catán

a la iglesia universal del reino de dios

donde el pastor te lleva hasta el altar

y el demonio se va


... 

¿es esto lo sagrado?


la cabeza mojándose en el río

en este huerto lleno de frutales

de flores y pájaros sin nombre

las vacas tiradas a la sombra

y el Taunus de mi padre 

recién lavado con el motor en marcha 

será sagrada

la ceniza de bosta quemada en mi frente

la nave que cruza la noche 

los dioses escondidos en el campo

el olor de las reses a la tarde en Mataderos

y mi madre 

viniendo hacia mí como un perro una araña en otra vida

las cabezas de dios que me miran 

Sai Baba vestido de naranja haciendo que aparezca algo

y la isla de Eolo 

donde llegó Ulises donde nació mi abuelo

lavanderas que brillan en el valle con sus sábanas 

y mi hermana con nueve años en panyabi blanco

y el mono que tira del pelo 

será sagrado 

el coco recién cortado

mi tía con sus ángeles

los taxis los mapas los chicos que suben valijas 

los pasos de los dioses por el cielo 

será sagrado

el cáncer de mi madre

esta estirpe de hojas que el viento derrama y devuelve

el humo del asado 

las turbinas que suenan como estrellas




| sobre el autor |


Daniel Lipara. Buenos Aires, Argentina, 1987. Ha traducido los libros de poesía Aprender a dormir, de John Burnside (2017), y Memorial, de Alice Oswald (en colaboración con Mirta Rosenberg). En 2018, la editorial Bajo la Luna editó su primer libro, Otra vida

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