I
Son las cuatro de la tarde
ya es de noche
cierro la puerta por última vez:
el frío se instala a mi lado
junto al fuego.
Busco la ebullición perfecta
apilando leña por leña en el horno
el único calor de esta cabaña.
A lo lejos
un oso polar se baña en el agua
a temperaturas inauditas.
Su pelaje se lo permite
la naturaleza ha sido buena con él
y el decisivo color negro
de esa laguna
donde juega
no le sugiere una profundidad terrible
sino pureza.
VII
La mañana del oso polar
mi perro siberiano
aprendió una lección:
no es el animal más grande
no es el animal más feroz
no es el animal más hermoso
La mañana del oso polar
mi perro siberiano
y yo
aprendimos una lección.
XXI
Vine en busca de silencio
y me la paso escribiendo estas cosas
que se leen en voz alta.
Cuando hablo
mi perro siberiano me mira extrañado.
-¿Ves? No soy mudo
le dije
y me reí.
XXIII
Esta noche
preparo la cena para dos
y ese número
dos
se derrite en mi lengua.
Preparo dos platos
y los enfrento
como si esta casa
pudiera albergar una conversación.
Mi perro siberiano no es tonto
y sabe
lo que estoy haciendo.
En el cielo veo
una estrella fugaz como un tajo
cortar la noche:
¿podrían dos
estrellas fugaces
hacer lo mismo?
*Selección de poemas de Estadía en el polo norte
(Alción Editora, 2020)
| sobre el autor |
Timoteo Rinaldi nació en 1997. Estudia el Profesorado Universitario en Letras de la UNSAM. En 2019 publicó su primer libro, Estadía en el polo norte (Alción Editora, 2019). Algunos poemas suyos forman parte de la antología Otras nosotras mismas(Aguaviva Ediciones) libro que fue pensado en homenaje al centenario del nacimiento de Olga Orozco, con Cantos a Berenicecomo horizonte temático. Asiste a los talleres de Osvaldo Bossi desde el 2018 y colabora en el ciclo de lecturas El Rayo Verde.
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