poesía: roberto valdivia




poemas tristes para chicos tristes y chicas sinceras

daniela me despertó con un mensaje 
preguntándome si los había visto
“¿a quiénes?”
pero no supo qué decir o en realidad no supo cómo 
completar la frase
para que pudiera entenderla
afuera llovía y se nos dijo que otra fiesta sería imposible 
porque el tiempo de las fiestas había acabado en el 99 o algo así
que las discos habrían cerrado que ni nos asomáramos
así que le escribí que de todas formas llegaría y salí
el presidente tenía una manzana por cabeza
en el banner sobre mi avenida favorita
y un niño se me acercó con una carta donde se decía
que el país había muerto 
con fotos de gatitos en unos postes
sobre un fondo pastel
“pero los has visto?” me preguntó de nuevo en el bar
si había visto a los chicos que bailan
pasearse por las calles cuando yo y ella y otras personas paseábamos también
un poco distraídos por las luces en las manos
y yo le dije “hey, tal vez”
recordando a un par de personas que iban del brazo desde 2004
y que habían dejado un mural azul en una de las fiestas del centro
pero no podía decir si ellos pensaban en ahorcarse cuando los reflectores se apagaban
o afirmar que solo eran felices en invierno
sin sentir que mentía así que solo repetí
las cosas que pensé o me habían dicho que hacían los
chicos que en algún momento dejaron de mirar hacia el sol 
y empezaron a saltar por las ventanas 
rosadas de una cabina de internet
y chicos que hablaron tan insistentemente sobre su corazón que todos creyeron
era lo único que tenían
y todos se burlaron de ellos porque llevar el corazón así
era un tumor en la frente
los he visto
en la puerta de mi casa
en el sofá de mi sala
en las fiestas luego que todos se vayan
en las fiestas antes que todos se vayan
escupiendo luego de haber tragado
lo que nadie debiera tragar
y sin embargo estar aptos para sonreír y desearte un buen día
gritándote
“suerte, campeón!”
con el rostro escondido debajo de una gorra rosada
llevando la camisa como una blusa hasta la mitad del jean
y así es imposible odiarlos
en sus fiestas de corazones en el techo
con sus cerquillos y ropa de segunda mano
(y así es imposible odiarlos)
¿los has visto?
los he visto
la calle enciende la urgencia de la mañana
y ellos han prometido partir
nunca


tilsa otta

ojalá todos pudiéramos bailar 
ojalá todos pudiéramos ir a comprar el pan cantando
y si aprendiéramos a bailar y silbar al mismo tiempo
que cantamos esto
por las calles del centro subiendo y bajando
podríamos crear un planeta cada fin de semana
pintarlo de guinda y ponerle un nombre gracioso pero

no te vayas, la historia comienza en la siguiente línea

chica neón frente a un bar en el toque de queda
con la belleza amarga sentada en las piernas
y ella le dice “cállate cállate que quiero cantar”
mientras un ministerio vuela en pedazos  
ojalá todos pudiéramos decir nuestra vida en una tonada
tonta o en una balada con un piano de fondo
ojalá todos pudiéramos hablar como si fuéramos una luz
en las pestañas de los que pintan
algo que se mueve 
arriba

mamá,
mamá quiero ser como tilsa otta
mamá quiero ser el póster
en el cuarto del solitario
mamá quiero ser el escolar soñando con los ojos abiertos
quiero tener una rave en el cráneo
quiero llevar una guitarra tatuada en la espalda
y tener los iris de un color gemelo
mamá quiero ser como tilsa otta
y que los niños lleven a todos lados mi corazón
dentro de un cofre rosado

¿por qué esto tendría que cambiar el gobierno?
¿por qué esto tendría que ejecutar el mal
en una plaza pública?
¿por qué hay un señor del cual nunca he oído
intentando cortar los cables de mi radio 
mirándome a los ojos y poniendo el índice en el cuello?
yo nunca he bailado para matar 
y dudo que lo haga ahora
que solo quiero saltar y moverme hasta perder mi forma
no por miedo sino por risa
cerrando los ojos para ser una bomba
que se abra en dos como un huevo
mamá quiero ser 
como tilsa otta
mamá quiero besar a los 15
y escribir diarios con los besos
mamá quiero subir a un bus 
y bajar donde el cobrador decida
mamá quiero ser como tilsa otta
y grabar bandas con una cámara chiquita
quiero vivir sobre una caja musical
bailando pop de los 80
mamá quiero inflar mi corazón tanto
que los niños lo lleven a todos lados
dentro de un cofre rosado


*estos poemas son parte del poemario “Poemas Tristes para chicos tristes y chicas sinceras” que estará disponible gratuitamente de manera digital desde el 17 de Agosto a través del perfil de gumroad del autor (https://gumroad.com/robertovaldivia)


| sobre el autor |

Roberto Valdivia (Lima. 1995) Dirige la revista Sub25 (www.poesiasub25.com) Ha publicado los poemarios [MP3]. (Editorial Gigante, Entre Ríos, 2014) el poemario virtual Salinger (www.salingerpoesia.tumblr.com) y Poemas Tristes para chicos Tristes y chicas Sinceras (C.A.C.A Editores, 2019) Puedes revisar los videoclips de su último libro en su canal de youtube (https://www.youtube.com/channel/UC9DhZ59dtuv5T7Hx3XYieSA)


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