La carne podrida expresa su paisaje. ¿Qué se pierde en la búsqueda de la única ventana que abre las alas para cerrar los ojos?.Piedras de corazón profundo y luz santa. Estaciones sin lengua girando alrededor de un vestido de fuego.
Conexión directa con el nervio, sangre en blanco asustada y al mismo tiempo dormida. Beso de isla sin tesoro, de gigante sin visión.
Es el capricho de un orgasmo, ceder a la lentitud del cuerpo, a unas manos firmes que abracen como un loco sabe hacerlo.
La nada convoca a los balcones desesperados, a los cantos de enfermo recién nacido. Los cantos de virginidad que rápidamente pasan a formar parte de un animal hermoso y lujurioso.
En la caída del agua, las sienes impactan débilmente, con un azar lento que hace sospechar a cualquier rió o mar. Las victimas del mar por fin rezan.”Hermosa eres y hacia la hermosura vas”, grita la oración. La vulgar ovación a ti te humilla, pequeña hormiga, princesa de la demencia de toda era. Sabes del enojo , por eso en tus fulgores nocturnos hay algo de cucaracha, de medusa. Los labios de tu ausencia como un castillo nuevo que aun no conoce la guerra ni la infinidad de espejos circundantes, que, por no escapar de tu cuello rosado, se quiebran intactos.
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